Lectores Comelibros

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sábado, 10 de agosto de 2013

Una entrada Para Un cuento - El Superbonito

EL SUPER BONITO



Noé León. Calle de un pueblo con gente, 1966. Pintura sobre cartón. 38 x 70,8 cm. Colección de Arte Banco de la República


Me despierto con las primeras luces de la madrugada de un día caluroso, presagio del intenso verano por llegar; el día anterior he contratado lo que será mi modo transporte en la travesía  programada para llegar al lugar donde  transcurrió la historia que  me propongo contar; el tiempo parece detenerse , la tierra reverbera y nos hace  ver ,la carretera como un gran nacimiento de agua; un indígena, vestido con una túnica, vieja y llena de huecos, posiblemente de tanto usarla, pero que lleva con una solemne dignidad; luego de un recorrido de  cuatro horas de viaje, por caminos que se entrecruzan que solo el baquiano acompañante sabe descifrar, llegamos a San Antonio De las Nieves, un lugar feo, perdido en medio de dunas de un desierto que parece no tener limites,  con una sola calle muy larga y sin pavimentar , sus gentes cargan sobre sus espalda una pobreza,  que soportan con estoicismo.

Lo primero que  es buscar al sastre del  pueblo y dueño de la única tienda que existe; un niño con claras muestras en su cuerpo de las marcas de la miseria, se convierte en mi guía ; transcurrido  diez minutos llegamos a la casa  de Bernabé. Así se llama el sastre, pregunto por el y escucho una voz que me responde.
-Que quieren? 
- El señor Bernabé, se encuentra?
Del patio trasero de la vivienda surge un anciano de rostro cetrino lleno de arrugas , de ojos vivaces y  con la actitud desconfiada  como se recibe a un forastero .

-¿Que desea señor?- Vengo a averiguar sobre la vida del “súper bonito”_
El anciano rascándose su cabeza, sin dejar de acariciar su perro, me hace seguir; su casa, de piso en cemento sin pulir, paredes en ladrillo y techo en láminas de zinc, un corredor nos conduce a un patio, sembrado de sábila, y de donde surge la figura de un anciano de aspecto hosco, la piel llena de surcos, donde  e paso de los años ha dejado su marca, levanta su cuerpo del surco de plantas .
-Otro mas que viene a preguntar lo mismo-  ¿Porque tanta preguntadera sobre un muerto?
-Usted quien es-
- Me llamo Efraín Bastida, soy periodista-
-Ustedes  los locutores, siempre  averiguando la vida de las demás personas.-

Pasado unos minutos, el viejo  ya menos prevenido se decide contarme  aspectos de  la vida del protagonista de esta historia que su memoria un poco frágil por la edad le permitía recordar.
Alberto Obrador, nació en medio de una  familia de ricos comerciantes, judios  que se asentaron en Carrizal, a mediados del siglo XX , atraídos por su fama de pueblo prospero, cuando se quemaban billetes de cincuenta pesos en las cantinas;  la vida lo doto de atributos físicos que  despertaban comentarios elogios ,en las personas que lo conocían especialmente en las damas casaderas; por motivos aparentemente sin explicación siempre  demostró su afición a las prendas militares.

Su padre  Simón Obredor, no ocultaba su orgullo, cuando sus vecinos y amigos  se referían de modo elogiosa a su hijo;  como era costumbre  en las familias de la época ,Alberto fue enviado a   la ciudad de San Francisco, California a realizar estudios universitarios; transcurridos varios años regreso  graduado de ingeniero  y convertido en una persona de gustos bastantes refinados y  comportamiento con cierto grado de afectación; Coincidió su llegada con la proximidad de las fiestas patronales  y su indumentaria fue la comidillas en todos los corrillos del lugar; pantalón de lino, color blanco marfil, con pinzas que  se estrechaba en la parte inferior, guayabera en tela de olan, todo un conjunto  con un diseño perfecto, que le hacia resaltar su fama de macho seductor y debido a esto los amigos lo apodaban el “súper bonito”..
Alberto era centro de atención donde llegaba, las damas en edad de conseguir marido se disputaban su compañía, las solteronas y hasta el marica del pueblo no dejaban de elogiar su porte de actor cinematográfico y no ocultaban sus deseos de llevarlo a la cama.

Como era de esperar, y siguiendo la tradición familiar se caso con Josefina  Abuabara, descendiente de emigrantes libaneses, que llegaron al poblado, como vendedores de tela, y lograron amasar una gran fortuna; la pareja se comportaba, como un matrimonio normal muy acorde con los cánones sociales de la época; su diario vivir transcurría sin sobresalto , y josefina  repartía su tiempo en el cuidado de sus hijos las labores del club de bordado que había creado con otras señoras de la localidad.

En San Antonio De las Nieves,l la cotidianidad de los hombres  se limitaba a la atención de los negocios y terminada la tarde se reunían  la única cantina del pueblo a jugar cartas Y tomarse algunos tragos de ron; los días transcurrían con una tranquilidad, que por momentos se hacia desesperante por la ausencia de eventos que cambiara la rutina diaria por tanto nada hacia prever los acontecimientos que poco tiempo des pues  sacaría a sus habitantes de esa vida monótona y sin noticias que comentar.
De repente Alberto sufrió cambios repentinos en  estilo de vida, empezó a ausentarse con mayor frecuencia de su casa, y   sus horas de llegada a su casa se hicieron cada vez en horas mas tarde de la noche, situación que su mujer  atribuía a los negocios.

Cualquier día la cotidianeidad de Carrizal se vio turbada por un hecho inusual. Todas las noches decían los pobladores deambulaba por sus calles un fantasma con uniforme militar que caminaba en dirección  a las viviendas donde pernoctaban los soldados del puesto militar acantonado en las afueras; en todos los corrillos y tertuliaderos solo se hablaba del misterioso personaje ; unos decían se trataba de  un amante furtivo que se disfrazaba de esa manera para ocultar su identidad y protegerse de la maledicencia de los chismosos ,siempre atentos a las infidelidades conyugales  que pudieran ocurrir  en un pueblo donde el hecho mas insignificante se convertía  en motivo de distracción para las personas desocupadas. La cadena de conjeturas se extendió al recuerdo de un militar muy cruel de ingrata recordación, por su crueldad de la cual fueron victimas muchos pobladores de la región, que sufrieron el despojo de sus parcelas, que más tarde aparecieron a nombres de personajes extraños a la región.
Bernabé suspende su narración  sin cambiar su comportamiento cauteloso, se dirige a la cocina a preparar un café negro.
-Y usted nunca vio al fantasma- le  pregunto
-Para los viejos las noche empieza muy temprano. Somos como las gallinas- Me respondió.
A veces las cosas aparentemente triviales dejan de serlo  y nos ponen de manifiesto hechos que al parecer las personas les produce temor decirlas ante un desconocido; eso le ocurría al sastre cuando intentaba hacerlo hablar  sobre la aparición nocturna, que tanta preocupación y temor le generaba a sus vecinos; siempre que trataba de indagar algo mas sobre la vida de Alberto, un signo de recelo se evidenciaba en su mirada y pareciera que su mente regresaran demonios que no ha logrado exorcizar.

El verano ya estaba pasando y las nubes y los vientos fríos por las tardes presagiaban la próxima llegada del invierno con su humedad insoportable y sus aguaceros diluvianos; cierto día los pobladores al despertarse encontraron por debajo de las puertas pasquines, escritos a mano donde se señalaba al cura del pueblo de ser el misterioso personaje nocturno; este indignado maldijo al pueblo y solicito al obispo de la diócesis la excomulgación de sus pobladores; los  anónimos así como aparecieron, también des pacieron, y nunca se supo su origen  y el pueblo retorno a sus días tediosos.

Extrañamente, continua Bernabé su relato, Alberto desapareció del pueblo; sus moradores emprendieron una febril búsqueda por todos los  lugares mas recóndito de la región y todo fue infructuoso; nadie sabia de el, y las apariciones nocturna no volvieron a ocurrir. Varias semana des pues un cadáver uniformado y en estado avanzado estado de descomposición, que impedía identificarlo  apareció flotando, con los ojos cubiertos  por,  en medio de la vegetación que el rio arrastra en la época de lluvia.

El cadáver saco de su letargo los días y las noches de San Antonio D e Carrizal; de repente se volvió destino obligado de todos los periódicos y noticieros regionales, que aumentaron sus ventas y su audiencia con la narración de los hechos. Nunca se logro saber de manera oficial a quien correspondían los despojos mortales encontrados en el rio. Bernabé guarda silencio y en ese momento comprendí, todo su temor y por respeto a su silencio  no le insistí con mas preguntas.

A los pocos días de encontrado el cadáver, un comunicado del ejército informaba que habían dado de baja a un sujeto que vestido con prendas oficial intentaba robar el puesto militar. Bernabé, sonrió y tarareo” la vida te da sorpresa, sorpresa te da la vida”


EL brujo de La Macuira

1 comentario:

  1. Dentro de las sorpresas agradables, ("la vida te dá sorpresas, sorpresas te dá la vida", "Pedro Navajas", Rubén Blades,) nos encontramos con algunos relatos,cuentos o anécdotas que producen la satisfacción,de sentirse transportado en los brazos de la fantasía, a lugares imaginarios que le producen la impresión de que los conoce de antemano, que ha deambulado alguna vez, por ese cuadro que mentalmente pinta y se va formando al avanzar en la lectura; Pero lo más agradable es encontrar una disciplina del autor,por la estructura del escrito,por la concatenación de la idea, la hilación del relato, que produce el escrito en sí, por su desarrollo.-
    Felicitaciones amigo Curiel!!

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